
Aunque consideres que eres la persona más “tranquila” del planeta y que nada te hace llorar, el día de tu boda las emociones estarán a flor de piel. Hay muchos momentos emotivos durante la ceremonia, la fiesta e incluso los preparativos. Para que estés preparada te contamos cuáles son las situaciones donde mejor tener un pañuelo a mano.
#1. Cuando te veas con el vestido de novia. Es verdad que ya lo has probado otras veces pero ahora ya estás maquillada y peinada a pocos minutos de entrar a la Iglesia o al salón. Al mirarte al espejo sentirás como un escalofrío que te recorre todo el cuerpo: ahora si eres la novia con todas las letras.
#2.Cuando esperes que el coche te pase a recoger. Ya todos estarán esperando en la Iglesia o el salón de eventos, a excepción de la persona que te llevará al altar (padre, hermano, hijo). En este momento no sabrás si hablar o mejor quedarte callada, no pensar en los nervios o escuchar algún consejo o palabra de tu padrino.
#3. Cuando veas a tu prometido. Esa primera mirada a los ojos en el altar, en el pasillo de la iglesia o en la entrada del salón (según el tipo de fiesta que realicen) será más que emotiva. Él no podrá contenerse por verte tan hermosa y tu no podrás creer lo bonito que se ve en traje de novio.
#4. Cuando camines hacia el altar. Si han elegido una boda religiosa deberás recorrer varios metros desde la entrada de la iglesia hasta el altar, del brazo de tu padre o padrino. Los ojos de todos estarán observándote a ti, la más hermosa del lugar. ¡Será realmente emocionante!
#5. Cuando digan “si quiero”. Sin esas dos palabras no hay matrimonio. Por ello son tan importantes y emotivas. Un acto cargado de simbolismo (porque ya se han elegido hace tiempo) que se acompaña con el intercambio de anillos y los votos o las promesas que se hagan para el futuro. Imposible no llorar en ese momento.
#6. Cuando veas la emoción de tu familia. Tus padres, tus abuelos, tus amigas… todos estarán emocionados al verte de novia y casándote con el amor de tu vida. La alegría y el orgullo de tu familia se traducirán en lágrimas… y tu tampoco podrás evitar el llanto. ¡Y ni que hablar si alguno de ellos te expresa sus palabras más sinceras!
Otros momentos emotivos de la boda serán cuando bailen juntos por primera vez, al bailar con tu padre, al salir de la iglesia, al ingresar al salón y al oír los discursos de los invitados especiales.